Adalgiza Charria
Me indigna
Me indigna
Me indignan los dogmas y sus sargentos
los charlatanes que manosean el misteriolas bravuconadas frente a los humildes
los déspotas
quienes se miran con los ojos del amo
los tacones en domingo
las batas blancas con patente de corso
la estupidez que triunfa
la farsa en los reflectores
el vértigo dictaminando el éxito.
Me indigna mi voz
que se apaga
cuando precisa aullar.
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María Elena León
¿QUÉ ME INDIGNA?
Me indigna el ocaso
poblado de harapos
la mesa vacía
de los campesinos
los pies sangrientos
a la vera del camino.
El horizonte
cargado de estrellas
la luna escondida.
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Judith Rodríguez Castro
Me indigna el ocaso
poblado de harapos
la mesa vacía
de los campesinos
los pies sangrientos
a la vera del camino.
El horizonte
cargado de estrellas
la luna escondida.
Judith Rodríguez Castro
Me indigna
1
ELLOS
Reciclan el sustento diario
la fuente, vertederos de la plaza de mercado
Unas monedas más
aportan sus pequeños Juan y Teo.
1
ELLOS
Reciclan el sustento diario
la fuente, vertederos de la plaza de mercado
Unas monedas más
aportan sus pequeños Juan y Teo.
La madre y la hija halan la carreta.
Dormirán bajo techo
si es suficiente
O apiñados bajo la luna con la verdura.
Judith Rodríguez Castro
Dormirán bajo techo
si es suficiente
O apiñados bajo la luna con la verdura.
Judith Rodríguez Castro
2
CORAZÓN
Tu espejo se aleja
Saltas a la otra orilla
Te regresa el sendero a la maraña de silencios
La niebla es tu condena
yacente corazón.
Tu espejo se aleja
Saltas a la otra orilla
Te regresa el sendero a la maraña de silencios
La niebla es tu condena
yacente corazón.
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Indignaciones
Me indigna la voz sin voz
Del dolor
Que sella bajo un pacto
Lo impensable
Mi propia traición
Me indigna quemar mis alas
Que apenas inician vuelo
Por pensar en los demás.
Me miento, que no son ellos.
Es el temor a mirar
Mi desnudez perpetua
Mi propia realidad
Y me indignan las amarras
Que no permito soltar.
Jenny Cabrera
Me indigna la voz sin voz
Del dolor
Que sella bajo un pacto
Lo impensable
Mi propia traición
Me indigna quemar mis alas
Que apenas inician vuelo
Por pensar en los demás.
Me miento, que no son ellos.
Es el temor a mirar
Mi desnudez perpetua
Mi propia realidad
Y me indignan las amarras
Que no permito soltar.
Jenny Cabrera
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